Walter Engler, hoy un cientifico que vive en Suecia, no quiere venganza pero sólo justicia. Escribe una carta para una familiar.
Querida Verónika:
Si, estoy de vuelta en casa y un poco mejor porque me aumentaron la cantidad de oxígeno de 2 a 3 lts/min lo cual hace que me sienta menos
cansado y pueda estar un poco más activo. Por lo demás los colegas del hospital Académico de Uppsala tienen poco y nada para ofrecerme en
cuanto al tratamiento de mi fibrosis pulmonar.
En estos días pasados he recibido un par de cartas tuyas con temas de la llamada "ley de Caducidad..." y sobre el proyecto que aparentemente Mujica tiene de promulgar una ley otorgando a los jueces la posibilidad de ordenar prisión domiciliaria o aún de liberar a presos mayores de 70 años que aparentemente incluiría hasta a los poquísimos violadores de los DDHH que están presos en nuestro país.
Aquí paso a darte mi opinión al respecto:
Como ex preso considero que puedo ser generoso y que no tengo porque presentar cuentas por haber sido torturado, haber sido juzgado por jueces militares que no tenían competencia para condenarme, por haber tenido que pasar muchos años preso en condiciones duras y prácticamente aislado del mundo exterior a causa de mi participación en el movimiento tupamaro y finalmente por haber tenido que optar por el camino del exilio. Como Mujica estoy totalmente dispuesto a perdonar todo el mal que los militares me hicieron Todo sea para favorecer la reconciliación entre los uruguayos.
Pero como ciudadano uruguayo y también sueco y sintiéndome todavía comprometido con las metas que tengan que ver con el desarrollo y el bienestar general de toda la humanidad no puedo ni aceptar ni apoyar que se atenúe de modo alguno la condena de quienes amparados en el poderío del aparato estatal cometieron horribles crímenes de lesa humanidad.
Y que además no han contribuido en lo más mínimo para que esos crímenes sean investigados.
Para esos crímenes no puede haber olvido ni perdón en ninguna circunstancia.
Quienes violaron a las detenidas, quienes les robaron los hijos a las mujeres que dieron a luz en la cárcel, quienes asesinaron impunemente a
detenidos, quienes hicieron "desaparecer" a a tantas personas deben ser juzgados de acuerdo con el principio de que todos somos iguales ante la
ley y responsables de los delitos que hayamos podido cometer.
Yo no quiero ninguna venganza. Nadie debe ser sometido a la "picana" o al "submarino" o al "teléfono" ni a ningun otro de los métodos que
nuestros captores usaban en sus "hábiles interrogatorios". No; lo que quiero es de que los sospechosos sean sometidos a juicio con las máximas garantías que brinda la ley y que si deben cumplir una condena de reclusión puedan hacerlo en una cárcel decente como tienen los presos
militares y no que se los confine en pozos o aljibes como ellos solían usar para recluir alguno de nuestros combatientes.
Una vez que los culpables hayan sido condenados podrá finalmente desaparecer esa "mochila" de la cual las Fuerzas Armadas dicen querer desprenderse
No quiero venganza, sólo justicia. Y quiero recordar de que el fenómeno de la dictadura en Uruguay no fué ni es un asunto entre los Tupamaros y las Fuerzas Armadas. La dictadura sumió a toda la sociedad uruguaya en un régimen de terror espantoso que no puede volver a repetirse.
La ley de "Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado" fué redactada en un momento muy especial de la historia del país. Pero hoy contradice una serie de acuerdos internacionales que Uruguay ha firmado y que se dirigen precisamente a evitar que se cometan delitos tan execrables como los cometidos durante la dictadura.
Muy pronto el estado uruguayo tendrá de "allanarse" ante un tribunal internacional y reconocer que la ley es un engendro indefendible.
El gran peligro es que la ley pueda ser "derogada" lo que impedirá cualquier investigación en el futuro y asegurará definitivamente la impunidad de los criminales.
Esa ley deberá por lo tanto "eliminarse" y no derogarse. Pero como siempre hay profesores de abogacía, aún de izquierda que ya sostienen que eso es imposible.
Lo peor que podría pasar es que blancos, colorados y algunos sectores de el Frente se unieran en una mayoría transitoria para "derogar" la ley.
Astori por ejemplo hizo declaraciones en Argentina donde sostuvo que "todos los torturadores estaban presos en Uruguay" y todos conocemos las estrechas relaciones que alguno de nuestros legisladores tienen con ciertas organizaciones del ejercito como la llamada "Logia de Tenientes de Artigas"
Mi opinión es que los plazos urgen y que habría que concentrar todos los esfuerzos militantes para lograr un acción de mucha envergadura contra la posibilidad de que la ley sea derogada. Porque en ese caso sería mejor que quedara como está. La Suprema Corte de Justicia ha llegado a la conclusión de que la ley es inconstitucional o sea que en el momento no significa ninguna defensa para los criminales, basta con que el fiscal esgrima el argumento de inconstitucionalidad.
Para lograr una manifestación popular lo más grande posible habrá que movilizar abogados, periodistas, personalidades de la cultura, el PIT-CNT que ya se ha manifestado etc, etc.
Pero más que nada usar todo el poder de la electrónica para activar las redes frenteamplistas que jugaron un papel tan importante en las pasadas
elecciones y lograr un apoyo masivo para la campaña.
Todo esto debería ponerse en marcha antes de que la militancia empiece con el desgastador proceso de las elecciones municipales.
Bueno y por hoy se me ha terminado la energía que se me ha disminuido mucho a causa de la enfermedad. Si puedo te escribiré más adelante algo que tiene que ver con otros aspectos políticos ,pero ello dependerá de como me sienta.
Me despido con un abrazo muy, muy fuerte y con todo mi cariño de hoy y de siempre.
Chody
PD: Podés usar esta carta para lo que quieras si pensás que puede llegar a servir de algo.
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