Assassinta de Rachel Corrie completa siete años y los responsables siguen impunes
Niko Schvarz
Fuente: La República (Uruguay)
En los días en que el gobierno de Israel recibía al vicepresidente estadounidense Joe Biden con la construcción de 1600 nuevas viviendas en Jerusalén Este y otras 112 en otro asentamiento judío en Cisjordania ocupada, se iniciaba en la ciudad israelí de Haifa un juicio póstumo por el asesinato de la militante pacifista estadounidense Rachel Corrie, que murió aplastada por una topadora militar israelí el 16 de marzo 2003 en Rafah, en la franja de Gaza. Se cumplen 7 años de este crimen infame, en que el militar asesino actuó a plena conciencia.
Ante la condena unánime suscitada por la decisión del gobierno israelí, el primer ministro Benyamin Netanyahu solicitó excusas. Pero, atención: el comunicado oficial expresa que “el primer ministro le dijo al vicepresidente que lamentaba el momento mal elegido para el anuncio”. O sea que se lamenta el momento en que se hizo el anuncio, y no el hecho de fondo, que es la construcción de nuevas viviendas israelíes en territorio palestinos en violación de la ley internacional y de los compromisos del propio gobierno. Es lo que señaló de inmediato el negociador palestino Saeb Erakat, agregando que “todas las decisiones sobre los asentamientos en Cisjordania y en Jerusalén Este deben cancelarse; continuarlos es un error, y no sólo de calendario”. Y el propio Biden, después de recibir esta excusa, volvió a criticar la decisión de Israel de construir nuevas viviendas en territorios palestinos. O sea que la enmienda fue peor que el soneto. El ministro del Interior Eli Ishai, que formuló el anuncio provocativo y a quien Netanyahu quiso tomar como chivo expiatorio, sigue tan campante en su puesto. Tampoco ha habido contraorden sobre las nuevas construcciones.
La primera consecuencia es que se alejó la perspectiva de reanudar el proceso de paz. El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, declaró que no se reanudará el diálogo con Israel hasta que no se congele totalmente la colonización en Jerusalén Este y Cisjordania ocupada. La Liga Árabe, por decisión de sus 13 países miembros, afirmó que “si no cesan de inmediato las construcciones israelíes en los territorios palestinos ocupados, incluyendo Jerusalén Oriental, las negociaciones propuestas serán inútiles”.
El juicio que esta semana comenzó en la hermosa ciudad israelí de Haifa, sobre el Mediterráneo, está referido a la trágica muerte de Rachel Corrie, una estudiante estadounidense de 23 años que era voluntaria del Movimiento Solidaridad Internacional (MSI). Este grupo se constituyó cuando Israel rechazó una propuesta de la entonces Alta Comisionada de DDHH de la ONU, Mary Robinson, de enviar observadores a los territorios ocupados. Israel estaba construyendo un gran muro de acero para separar la ciudad palestina de Rafah, en la franja de Gaza, de Egipto. A esos efectos procedían a demoler casas y jardines con topadoras. Rachel Corrie y otros 7 integrantes del MSI fueron convocados el 16 de marzo 2003 para proteger la casa de la familia Nasrallah, amenazada de demolición por una topadora blindada israelí fabricada por la empresa estadounidense Caterpillar.
El siguiente es el relato de Cindy Corrie, la madre de Rachel: “La topadora avanzó hacia Rachel. Ella asumió una posición que daba a entender que no se movería. Tenía puesto su chaleco naranja. Cuando la topadora siguió avanzando, ella se paró sobre el terraplén y un testigo declaró que su cabeza se asomaba por encima de la hoja de la topadora, o sea que se la podía ver claramente. Pero la topadora siguió avanzando sobre ella, hasta aplastar su cuerpo. Se detuvo y luego dio marcha atrás, según el testigo, sin levantar la hoja, de manera que retrocedió otra vez por encima de ella. Sus compañeros gritaban todo el tiempo a los conductores de la topadora que se detuvieran. Corrieron hacia ella y llegó a decirles:’Creo que me quebré la espalda’. Fueron sus últimas palabras”.
Poco después la familia Corrie se reunió con el Departamento de Estado, a cargo de Colin Powell. El primer ministro Ariel Sharon prometió al gobierno de Bush realizar una investigación exhaustiva. Nada de eso aconteció. Surgió entonces la idea de hacer un juicio, demandando al estado de Israel. El padre de Rachel, Craig Corrie, en el momento de tomar el avión en Nueva York para asistir al juicio en Haifa, declaró: “Estamos acusando al estado de Israel de haber matado a Rachel de forma intencional o bien de ser culpable de flagrante negligencia en su muerte”.
Se recuerda que según el Comité Israelí contra la Demolición de Viviendas, 24.145 viviendas fueron demolidas en los territorios ocupados desde 1967, entre ellas 4.247 durante la operación Plomo Fundido, la invasión a Gaza de diciembre 2008 y enero 2009 que arrojó por otra parte más de 1.400 muertos palestinos y 13 israelíes.
Fecha de Publicación: 13 de marzo 2010
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