Analista alerta para dificuldades en la economia de Uruguay y que puede crear problemas para el gobierno que toma pose en 1 de marzo
Carlos Santiago (*)
Fuente: Bitacora
Parecería qué el proyecto económico del gobierno es relativamente sustentable, pese a los altos montos de deuda externa que se tendrán que desembolsar este año. Inclusive se podría decir que incluso con más deuda, de mantenerse la actual coyuntura mundial con la valorización sideral de las materias primas el proyecto seguirá siendo igualmente sustentable.
Sin embargo – según algunos expertos - conseguir en el mercado de capitales externo flujos de capital que cierren la brecha del déficit, sería más que peligroso, cuando el mundo se encamina claramente hacia una nueva explosión de otra “burbuja” sistémica.
Es claramente peligroso para el país mantenernos en el círculo vicioso de la deuda, lo que significa dependencia y vulnerabilidad. Por ello nos parece atinado un camino a mediano plazo que lleve a la baja de la relación de la deuda con el Producto Bruto Interno (PBI), lo que evidentemente tiene que estar ligado al ingreso al país de flujos de capitales apuntados al desarrollo, tal como reclamó el presidente electo José Mujica ante los empresarios con que almorzó en el Hotel Conrad.
Si se cumplen los anuncios realizados por el próximo ministro de Economía, Fernando Lorenzo, de crecimiento importante en el correr de actual ejercicio y de una tendencia parecida en los próximos, es posible inclusive recuperar el “grado inversor”, para lo cual es indicador fundamental es justamente la relación deuda PBI.
Según la economista Gabriela Cultelli de Cadesyc, “Es compatible que la deuda baje, pero a consecuencia de un crecimiento a tasas crecientes del PBI y no solamente – como reclaman algunos – ese proceso esté basado en el ahorro fiscal (más allá de ajustes ponderados y necesarios), lo que podría postergar (seguramente) aspiraciones sobre la distribución del crecimiento”
Sin embargo los anuncios y las comprobaciones que nos llegan del mundo mal llamado “desarrollado”, no son nada alentadores. La solución implementada para encontrar una solución a la crisis de las hipotecas (para llamarla de alguna manera), qué resquebrajó de un día para otro la economía mundial, fue dotar de liquidez al sistema para que comenzara a funcionar la maquinaria del crédito, la inversión y el consumo, con el fin de reactivar las economías.
Uruguay vivió algunos coletazos de esa crisis, pero al ser un país productor de materias primas, pudo recomponer rápidamente la senda del crecimiento, a niveles más moderados, pero sustanciales. Pero nada en la vida y menos en la economía es gratuito.
El accionar abaratando el dólar y desparramándolo en el mundo en cantidades cuantiosas – que objetivamente le puso un piso a la crisis – dejo con la espoleta activada una bomba financiera que muchos temen traerá serias consecuencias en el futuro inmediato, viéndose la crisis que ya se vive en Europa, con el epicentro de Grecia, el ejemplo más claro.
Ocurre que muchos gobiernos hicieron qué muchos gobierno hicieron uso indiscriminado y también abuso del déficit fiscal en sus intentos de lograr niveles de estabilidad, inclusive volcando gran parte de esos fondos de financiación a ampliar paquetes de estímulos fiscales. Y, como en el caso griego, cuando la realidad comenzó a ser negativa, utilizaron un método parecido al que es moneda común en la Argentina, el de falsear las cifras.
Y, a medida que el tiempo ha ido transcurriendo, comenzaron poco a poco a evidenciarse los costos de estas políticas. En especial, en lo que hace al desmesurado crecimiento de la deuda pública de una larga lista de naciones, encabezadas por Grecia, pero seguidas por Irlanda, Italia, España y Portugal que, claramente, están haciendo trastabillar a la Comunidad Europea en su conjunto.
No queremos ser catastrofistas pero es evidente que otra crisis sistémica se avecina que, por más que no abroquelemos en el marco de una economía sana, de alguna manera nos afectará. Es bien claro que el inminente desplome argentino, que es uno de los principales destinos de nuestras exportaciones, tendrá una incidencia grave sobre nuestra economía.
Quiero suponer que esta situación que parecería inminente, está siendo evaluada por las futuras autoridades económicas. Lo peor en estos casos es quedarse sin respuestas – como ocurriera en la crisis del 2002 – contagio que significó para Uruguay quedarse sin ningún banco de capital nacional, además de un tendal de damnificados, muchos de ellos sin respuestas hasta el presente.
Crisis que en lo político revirtió la correlación de fuerzas existente en el país, llevando a un nivel de vida solamente latente al Partido Colorado y creando las condiciones para el triunfo, luego concretado, del Frente Amplio, que determinó el primer gobierno de izquierda y la presidencia del doctor Tabaré Vázquez.
Por ello la actual situación de Europa, altamente endeudada, es preocupante porque la ola expansiva seguramente nos afectará, achicando posibilidades de mercados para nuestras materias primas, pese a qué – obviamente – en estas situaciones inciertas (repetimos), las economías sanas y relativamente poco endeudadas, tienen chances de no sufrir las crisis con la mayor intensidad.
Pero según algunos analistas la crisis del Sistema Monetario Europeo que tuvieran lugar a principios de los '90, o la de los “tigres asiáticos” de finales de esa década, han enseñado que los colapsos, una vez producidos, no se circunscriben solamente a los países donde se originan, sino que luego se extienden como reguero de pólvora a todo el mundo globalizado.
"La gran crisis está llegando, y será mayor que la caída de las punto.com en 2000 y el estallido de la burbuja de las hipotecas subprime juntas. ", se aproxima un gigantesco apagón de los mercados vaticina Paul Farrell, reputado analista internacional.
En su opinión, "ese gran cataclismo será la explosión de la bomba del endeudamiento global". Y la califica cono "la tercera gran burbuja del siglo XXI provocada de nuevo por los grandes bancos".
Ya los anuncios de la crisis no es producto de la llamada “guerra fría” los que anuncian el fin del Capitalismo, su decadencia y caída... A lo que anunciaron otros destacados economistas y analistas internacionales, ahora se agrega el principal órgano de difusión del centro financiero capitalista por excelencia: el Wall Street Journal. Estos son algunos conceptos de Farrell para esa publicación: “...la Gran Crisis se producirá muy pronto, más grande que la de los "punto com" del 2000 y la crisis de los créditos "subprime" juntos.
Una enorme explosión de los mercados. Y, igual que Bloomberg, Business Week predice: "Los resultados no serán agradables para los inversores y los funcionarios electos".
Si esta confirmación de los pronósticos de una Mega Crisis no fuera suficiente, Farrell pinta un panorama muy duro para los tiempos que sigan a la "explosión" de los mercados...
“Después de que la bomba de la deuda estalle, no esperen una corrección típica seguida de un nuevo repunte. El tóxico Pseudo Capitalismo de Wall Street está desmoronándose. Esté preparado para una crisis masiva. Sí, ya la tercera mayor burbuja del siglo XXI ha sido disparada una vez más por los descontrolados Fat Cat Bankers de Wall Street” (desconozco a qué llaman Fat Cat Bankers)
Esperemos que Farrell no sea más que un comentarista alarmista, un visionario de una catástrofe imaginaria. Pero, qué mejor, que tener en cuenta alguna de sus opiniones, pues los síntomas de una crisis sistémica han comenzado a manifestarse. Esperemos que Uruguay adopte las previsiones del caso y no tenga que improvisar sobre la marcha.
Fecha de Publicación: 21/02/2010
(*) Periodista
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