La conexión entre las dictaduras de la región en la década de 1970 debe ser investiga hasta se encontrar los responsables por las violaciones de derechos humanos
Fuente: Tiempo Argentino
La ministra de Derechos Humanos de ese país destacó que la Argentina es “un ejemplo a emular”, y que el encuentro de Dilma Rousseff con las Madres y las Abuelas de Plaza de Mayo en su reciente visita “fue algo maravilloso”.
La ministra de Derechos Humanos de Brasil, Maria do Rosario, anunció ayer que, por primera vez en el país, el Estado investigará el rol jugado por la dictadura (1964-1985) en el Plan Cóndor de coordinación represiva entre los gobiernos militares del Como Sur. “Es esencial que se esclarezcan las circunstancias del plan terrorista estatal y tomen estado público las conexiones de las dictaduras sudamericanas”,en el macabro plan de detenciones, torturas, asesinatos y desaparición de personas, dijo la ministra en una entrevista con la agencia Ansa.
Las acciones conjuntas de los regímenes de facto del Cono Sur “deben ser de conocimiento de los brasileños, argentinos, chilenos, paraguayos, uruguayos, todo el continente debe estar unido y hermanado en la construcción de la democracia y la búsqueda de la verdad y de la justicia”, agregó Do Rosario, quien destacó que la política de Derechos Humanos de la Argentina es “un ejemplo a emular por todos los gobiernos democráticos” de la región y del mundo.
La ministra señaló que la presidenta Dilma Rousseff, ex militante de una organización guerrillera que combatió al régimen y fue detenida y torturada durante tres años, tiene un “compromiso especial” con las investigaciones sobre violaciones a los Derechos Humanos. Durante el Plan Cóndor, creado en noviembre de 1975 por las dictaduras de la Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay Chile, militantes argentinos y uruguayos fueron presos y desaparecidos en Brasil, así como activistas brasileños corrieron la misma suerte en la Argentina.
Organismos militares y de inteligencia de Brasil y la Argentina ya habían coordinado acciones terroristas antes de 1975. Así ocurrió con la desaparición del argentino Ernesto Gurría, ocurrida en 1974 en el sur de Brasil. Durante la reciente visita de Rousseff a Buenos Aires –en la que mantuvo un encuentro con las Madres y las Abuelas de Plaza de Mayo– los familiares de Gurría le pidieron que se investigara el hecho y se identificara a los responsables. Esa reu-nión de Rousseff con las Madres y las Abuelas “fue algo maravilloso, porque Dilma tiene un compromiso con el derecho a la verdad como elemento para fortalecer la democracia”, destacó la ministra.
Otro episodio aún no esclarecido es el de la muerte en territorio argentino, en diciembre de 1976, del ex presidente constitucional brasileño João Goulart. “La presidenta tiene que cumplir con su trayectoria y empeñarse en aclarar exactamente cómo fue que la red del Cóndor, que allí contó con ayuda de la Argentina y los Estados Unidos, mató a mi padre”, había dicho el mes pasado João Vicente, el hijo mayor del ex mandatario. Cuando se la consultó sobre el caso Goulart y el de otros desaparecidos, Do Rosario señaló que una de las prioridades del nuevo gobierno es la creación de una Comisión de la Verdad que se encargará de investigar los crímenes de la dictadura.
“Tenemos que ir al encuentro del período más difícil de nuestra historia, que fue el de la dictadura para ganarnos el derecho a la verdad y la memoria, no como una actitud de revancha sino como un derecho de todos los brasileños a conocer su historia”, dijo la ministra. En 2009, la Corte Interamericana de Derechos Humanos condenó al gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva por no haber investigado los casos de desaparición y mantener vigente la Ley de Amnistía sancionada en 1979 por el dictador Joao Baptista Figueiredo.
“En Brasil, la transición (hacia la democracia) fue así, tranquila y sin esclarecer las violaciones a los Derechos Humanos, a nosotros, como militantes de izquierda, nos hubiese gustado que tuviéramos respuestas como las que dio la Argentina”, donde los represores fueron juzgados y condenados, “pero aquí tenemos otra trayectoria” dijo Do Rosario con un cierto dejo de resignación. Luego mencionó la “agilización” en la búsqueda de cuerpos de desaparecidos. Rou-sseff creó un grupo especial para trabajar en la identificación de restos hallados en San Pablo.
A partir de hoy, la Policía Federal y el Instituto Médico Legal de San Pablo comenzarán a trabajar en un centro de investigaciones montado para analizar los huesos encontrados en dos cementerios de la región paulista. <
Publicado el 14 de Febrero de 2011
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